Madrid, 20 de enero de 2022. Desde mediados de 2020, las materias primas están experimentando un desorbitado incremento de precio. Diversos factores están detrás de este alza de precios: el aumento de la demanda de materias primas, inicialmente en China, pero también en el resto del mundo al calor de la recuperación económica, la lenta recuperación de la capacidad productiva a nivel mundial tras la inactividad durante la pandemia, el incremento en los precios del transporte marítimo de mercancías y los recortes de suministro por las asimetrías en las rutas comerciales y la reducción de contenedores disponibles, el encarecimiento de la energía e, incluso, las propias estrategias comerciales de los países productores de materias primas.
La aparición de las diferentes variantes del COVID, en concreto, la variante Omicrón en noviembre de 2021, y las nuevas restricciones en los países para contenerla, siguen retrasando la recuperación de las cadenas de suministro mundiales. En concreto, las medidas “covid-cero” implantadas por China pueden incluso incrementar los problemas de suministros.
La evolución de los precios de las materias primas es difícilmente predecible, pero parece lógico pensar que, en la situación actual, seguirán en alza. De hecho, el índice Dow Jones de commodities, que refleja movimientos en los precios de los contratos de futuros de un conjunto diversificado de materias primas pertenecientes a diversos sectores, incluyendo energéticas, comenzó a bajar a final de 2021 pero ha vuelto a remontar en enero. Este índice se encontraba en 563,75 euros a finales de julio de 2020 y en 694,58 euros en enero de 2021, mientras que a comienzo de enero de 2022 se sitúa en 960,65 euros, lo que supone un incremento desde julio de 2020 del 70,40% y de algo más de un 38% en el interanual de 2021.
Esta situación está suponiendo un fuerte impacto en muchos sectores productivos. El sector de la construcción de obra pública entre ellos, con la particularidad de que su cliente son las diferentes Administraciones Públicas y que su actividad se rige por una normativa específica, en la que no está considerada la revisión de precios, por lo que los contratistas deben asumir, durante la ejecución de las obras, cualquier alteración en las estructuras de costes a sus expensas.
Esto nos obliga a recordar que, la teoría del riesgo imprevisible distingue los riesgos funcionales o de orden técnico (que son los fortuitos en la ejecución del contrato y son asumidos por el empresario en virtud del principio de riesgo y ventura), y los riesgos ajenos al empresario que los sufre, como son los derivados de la inestabilidad monetaria por encima de la evolución previsible y prevista, pues en este caso, los sucesos acaecidos no entran a formar parte del riesgo y ventura del contratista, máxime cuando tales imprevistas variaciones no han sido adecuadamente afrontadas mediante el mecanismo de revisión de precios.
*Aprovechando la publicación en el BOE de la Orden HFP/1465/2021, de 3 de noviembre, sobre los índices de precios de la mano de obra y materiales para el primer trimestre de 2021, aplicables a la revisión de precios de contratos de las AAPP, hemos recogido la evolución en ese primer trimestre, a ampliar a medida que se vayan publicando los correspondientes índices de los siguientes trimestres. Igualmente para próximas comparativas, hemos centrado nuestro estudio de la evolución del incremento de precios al periodo del año 2021 exclusivamente.