- Adif adjudicó su mantenimiento a la unión temporal formada por dos empresas ourensanas y Sacyr
- Artículo originalmente publicado por Francisco J. Gil en el diario La Región
Madrid, 22 de noviembre de 2022. El consejo de administración de Adif acaba de adjudicar el contrato de mantenimiento de la línea gallega de alta velocidad desde Pedralba de la Pradería a Santiago y del corredor del eje atlántico entre A Coruña y Vigo a la unión temporal (UTE) encabezada por las empresas ourensanas Copasa y Cosfesa junto a Neopul-Sacyr, por un plazo de cuatro años y un importe que ascenderá a algo más de 49 millones de euros, IVA excluido. El retraso en la adjudicación y, en general en la tramitación de todo su proceso, fue debido a varios recursos presentados por la Confederación Nacional de la Construcción ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC), dependiente del Ministerio de Hacienda.
El contrato, ya adjudicado, está pendiente de formalización y su entrada en vigor se producirá el próximo mes de noviembre, según las estimaciones de Adif. Su vigencia asegura los trabajos de conservación y mantenimiento de la red de altas prestaciones y alta velocidad de Galicia hasta noviembre de 2026, con la opción de prórroga hasta noviembre de 2027.
En los once meses que discurrieron desde el inicio de la utilización comercial de la línea gallega de alta velocidad hasta que dicho contrato se encuentre operativo, Adif recurrió a otros contratos vigentes para impedir que una infraestructura tan sensible, como es una línea de alta velocidad, quedase desprovista de un mantenimiento tanto preventivo como correctivo.
La UTE encabezada por Copasa se ocupará del mantenimiento de los 155,6 km del corredor de ancho ibérico del eje atlántico, entre las estaciones de Vigo-Urzáiz y A Coruña. Los 88 km de alta velocidad en ancho ibérico desde Ourense a Santiago, así como la bifurcación de A Grandeira que utilizan los trenes que van a Vigo sin pasar por Santiago. A estos, hay que añadir 103 kilómetros de ancho estándar de la línea de alta velocidad entre Pedralba de la Pradería y Taboadela, las bifurcaciones del cambiador de anchos de Taboadela y la línea de ancho mixto entre Taboadela y Ourense, lo que suma un total de algo más de 365 kilómetros. El alcance del contrato comprende el mantenimiento de la infraestructura, la vía y los aparatos de vía, lo que incluye también pequeñas obras en infraestructura, vallas, caminos de acceso, edificios, etcétera, encaminadas a incrementar las prestaciones, la fiabilidad y la vida activa de dichas instalaciones. Además del mantenimiento preventivo, que se realiza a partir de inspecciones periódicas, siguiendo un protocolo ya establecido por Adif, el contrato incluye el correctivo, encaminado a asegurar el funcionamiento de las líneas que comprende, después de cualquier incidencia o contingencia, así como las medidas específicas que se aplican en función de las condiciones climáticas, tanto en invierno como en verano, situaciones derivadas de alertas de temporal y la prestación de socorro a trenes si ello resulta necesario.
Para el desarrollo de estos trabajos, la adjudicataria dispondrá de dos bases de operaciones, ambas en la provincia de Ourense: la base de O Irixo será la sede central y la de Vilavella, en A Mezquita, será la base del mantenimiento para el tramo de ancho estándar, entre Pedralba y Taboadela. El contrato incluye también el mantenimiento de estas bases, si bien la de Vilavella todavía está pendiente de construcción.
Adif tuvo que echar mano de un plan B para poder cubrir las necesidades de mantenimiento hasta el próximo noviembre, mediante la adaptación de dos contratos que ya estaban vigentes, uno en el ámbito de la conservación de las vías de ancho métrico e ibérico, para los tramos de ancho ibérico (Eje Atlántico y LAV Ourense-Santiago), y otro de servicios de premantenimiento y mantenimiento de plataforma, vía y aparatos de vía y mantenimiento de balsas de decantación de la LAV Madrid-Galicia (tramo Pedralba de la Pradería- Taboadela).
El cuidado de dichas líneas también está encomendado a otros ocho contratos, destinados al mantenimiento del telemando de energía, centros de autotransformación, instalaciones de energía y catenaria. Instalaciones de protección y seguridad en los túneles (tramos Pedralba-Vilariño y Vilariño- Taboadela, Ourense-Santiago y Vigo-A Coruña), instalaciones de enclavamientos, sistemas de protección del tren, control de tráfico centralizado y comunicaciones.
El control de las vías, desde O Irixo y A Mezquita
De los más de mil kilómetros de vía férrea que tiene Galicia, este contrato se ocupará de las líneas de mayor tráfico. Ourense monopoliza las dos bases de mantenimiento desde las que se llevarán a cabo las operaciones. La base de O Irixo, en la línea Ourense- Santiago, para las vías de ancho ibérico, y Vilavella, en A Mezquita. Para este último municipio, la base desde la que se desarrollará la conservación del último tramo de la línea de ancho estándar, entre Pedralba y Taboadela, va a suponer la creación de nuevos puestos de trabajo de técnicos y operarios especializados que tendrán allí su centro de operaciones. Pero habrá que esperar a que esa base esté construida, algo que podría demorarse, al menos hasta el próximo otoño.