Madrid, 29 de septiembre de 2021. La construcción es un sector que garantiza el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos, la cohesión social y la sostenibilidad medioambiental de nuestro entorno.
En términos económicos, es la segunda actividad que crea más empleo en España (catorce puestos de trabajo directos e indirectos por cada millón de euros invertido). Es además el sector que genera una mayor actividad económica inducida (1,92 euros por cada euro de inversión), su retorno fiscal es del 50% (recuperándose medio euro por cada uno invertido mediante impuestos, tasas y cotizaciones) y sólo importa un 9% de los materiales que emplea.
Es, asimismo, una industria innovadora, con empresas que apuestan por la transformación digital y la aplicación de nuevas tecnologías en sus procesos. Para ello se invierte en la formación de los profesionales, conscientes de la enorme importancia de la mejora continua de la base de capital humano.
Por todo ello, la construcción tiene mucho que aportar al futuro de nuestro país, pero resulta imprescindible una planificación de las inversiones con sentido de estado, priorizando necesidades y considerando infraestructuras sostenibles y estratégicas, con el fin de maximizar el retorno económico y social.
Hay mucho por hacer. España tiene que abordar numerosas actuaciones necesarias, pendientes después de más de diez años de déficit inversor, en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 en áreas como accesibilidad y movilidad urbana, vivienda, modos de transporte de personas y mercancías, abastecimiento y depuración de agua, regadíos, regulación de avenidas e inundaciones, lucha contra la desertificación, regeneración ambiental, gestión de residuos, eficiencia energética y salud pública.
En este sentido, los fondos Next Generation nos ofrecen una oportunidad excepcional para el sector y para el país. Nos corresponde estar a la altura y hacer un uso eficaz de unos fondos que son esenciales para la recuperación que el país y los ciudadanos necesitan.